Las traducciones jurídicas suponen una tarea compleja e intelectual. Los conceptos y términos jurídicos varían según el país o la jurisdicción, los cuales pueden representar enfoques distintos. Por tanto, es esencial un conocimiento exhaustivo de las particularidades jurídicas de los textos de partida y de llegada, sin olvidar que cualquier error de traducción puede tener graves consecuencias, sobre todo en el ámbito del Derecho de Sociedades. Por lo tanto, huelga decir que el lenguaje utilizado en asuntos jurídicos y su precisión son de crucial importancia.
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