Según Karl Bühler, modelo del suceso verbal, del funcionamiento del lenguaje en un círculo cerrado del emisor, receptor y «una compleja relación casual proporcionada por los fundamentos intermedios, de acontecimientos en torno al → lenguaje, la fórmula de construcción del → signo lingüístico y la tesis de las tres → funciones del habla. Para Bühler, el lenguaje es una de las herramientas de la vida, es un instrumento, es un medio formado, en el sentido de Platón, un → órganon «para que uno comunique a otro algo sobre las cosas». Tres fundamentales relacionales o funciones de sentido se agrupan en torno a un fenómeno acústico de posición central; la llevan a la categoría de signo lingüístico: → expresión.
El → signo lingüístico símbolo en virtud de su subordinación a los objetos y actitudes de las cosas, síntoma (indicio) en virtud de su dependencia del emisor, cuya interioridad expresa, y señal en virtud de su llamada al oyente, cuya conducta exterior e interior dirige como otros signos de circulación.
Desde el punto de vista actual, el model de órganon de Bühler es un enfoque complejo, que parece motivado por reflexiones psicológico-funcionales, orientadas al → acto del habla, con aspectos primitivos de la teoría de la comunicación y otras de carácter semiótico.
